A ritmo pausado, muy lento, exploro el espacio. Me alejo. Ansío su voz... mi eco. Me asomo otra vez...
Los no y los jamases son poco tenaces (lo siento) y en tan obtuso camino no bastan los pasos, ni el tiempo. Hay círculos que demarcan (me atrapan) y dentro, me eclipsa su primera mirada, su antepenúltimo adiós y tan bosquejado beso.
Me abrigo en su acaso, su por favor; sus "lo siento". Se esfuma su voz; se encienden las dudas. Temo.
Me asomo otra vez, como pidiendo permiso; descalza y en puntas de pie (lo intento).
Palabras cruzadas, sonrisas cautivas, ruidosos silencios.
Su foto, su sombra; mi espejo.
Con huellas, exenta de avales; solo ocasiones (momentos) y un caprichoso después que nos alcanza y entiendo, que poco podré entender. Espero. Te escucho otra vez (te leo).
Renuncio al quizá; tu tal vez (lo etéreo) mas, sin vocación de negar, en tu paradoja fugas, me escabullo y me pierdo...
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