Cómo sobrevivir a la bicisenda, en Baires

Asoman los primeros calorcitos, el sol y... renacen las ganas del deporte al aire libre. ¿Verdad? ¿Es acaso ud. uno de esos osados que se atreven a "cazar" la bici para desplazarse? Pues bien, les dejamos una serie de consejos:


1) ¿Es Ud. de los tempraneros? ¿Le gusta salir al alba? No haga caso al pronóstico y vista siempre zapatitos impermeables; nunca falta el encargado, con vicios de bombero loco, obstinado con la manguerita.
2) Ohhh.... ¿Qué es eso tan grande? ¿Luciano, so' vo'? No... es un volquete ¿En el medio de la bicisenda? En el medio de la bicisenda... Reduzca la velocidad y... haga lo que pueda. ¡Suerte!
3) ¿Guiño? ¿Qué es eso? Al parecer, es una costumbre de antaño que se perdió con el tiempo; lo que hoy está de última moda es mirar "losojito" del automovilista y adivinar su intención. ¿Dobla o sigue? ¡Atrévase a jugar!
4) Evite, siempre que le sea posible, la zona de colegios: los padres entrarían con auto al patio para retirar a sus bendiciones, si es que les fuera posible, así que... la bicisenda, imáginese, los tienen sin cuidado...
5) Peatones... ufff la peor maldición del ciclista: cruzarán sin mirar al costado, solos, con criaturitas, con colchones y hasta tablones. ¡Se los juro! Al grito de "cuidado", alguno le pedirá perdón (con carita de pollo mojado) y otros, lo putearán, por si acaso... 🤷‍♀️
6) ¡No use auriculares y no mire su teléfono celular mientras maneja! Por el amor de Jebús, ¡Inconciente!
7) Cuidado con las palomas... Ya conocen la expresión: "más dolobu que las palomas..." Pues bien, se cumple. Manténgase alerta. 🙆
8) Madres... Por Dios: es un cochecito no un tanque de guerra. ¡Espere sobre la vereda!
9) Veo la luz... y quema... No, no es la tercera dimensión ni la luz al final del túnel: es un semáforo ¿Verde frutrilla? No... Lamento decirle que le han mentido: es rojo y el semáforo tb es para ud.: da igual si los demás avanzan; ninguno de los ansiosos volverá ayudarle, cuando se lo lleven puesto...
10) No, la bicisenda no es la continuación de la vereda, no es una senda peatonal, no es zona de descanso, ni de estacionamiento, ¡Ni un parque de juego para niños! Pero... no todos lo tienen tan claro 🙌


Sí. Desplazarse por la ciudad en bici tiene sus "detallecitos" pero, pese a las peripecias, ¡es un excelente ejercicio! No se desanime

y... Comparta con sus seres queridos: evitemos accidentes evitables.

Domingos felices

Mojar el pancito en la salsa es una de esas cosas diminutas que me devuelven a casa; a mi casa de color azul, en un domingo común, antes del nuevo milenio. 
Familia tana si las hay; sobretodo papá: para él, la pasta de los domingos ha sido siempre sagrada y nosotros jamás objetamos aunque ahora (por esas cosas que tiene el azar...) llenó el espacio el vacío, para redundar de retórica... 
De chica prefería los ñoquis o cualquier otra pasta, rellena; Peter no negocia los sorrentinos (sobre todo si son de jamón) y papá se muere por los fuciles; esos tallarines retorcidos como el cable de aquel teléfono, que también supo tener papá, cuando iniciaba el asunto. Luqui y mamá no sé muy bien qué prefieren; supongo que los tallarines pero eso no es lo esencial; lo que yo añoro, en verdad, es ese vestigio de luz que asomaba como al descuido, mientras destapaba la Essen (tenía que ser alemán...) La comida siempre fue responsabilidad de mamá pero en alguna ocasión, dejó la posta a papá para el tuco de los domingos; por aquel entonces se acordaba mejor y lo disfrutaba... tanto... Apenas llegaba yo a la mesada de mármol y ahí me esperaba él, soplando sigiloso un pedacito de pan que me acariciaba el alma... 
La mesa de los domingos siempre fue algo especial. No importaba para nada si habíamos salido (si apenas habíamos dormido): el almuerzo del domingo era tradición familiar y nadie podía saltarlo...  
La Fórmula 1, las chinelas de paño y el Turismo de Carretera; Ferrari y Ortelli, los ídolos de papá; luego de Mouras, claro, que lo llenó de alegría... y pena. 
11 y monedas llegaba Lita, con las rodillas cansadas y la niñez escondida en ese cuerpo de abuela... Y Carmen, claro, que  ya no camina solita pero no falta jamás, sobretodo si vamos nosotros...
Lo de mami siempre fue algo especial: jamás se sienta almorzar cuando ya nos sentamos todos; parece que en ese momento de degustar el manjar, a ella le asoma una urgencia, aunque se me ofuscaría la RAE por adjudicarle ese rótulo... Pero ya nos acostumbramos, como a tantas otras cosas...
Dicen que un momento cualquiera se vuelve en verdad especial, cuando ya no estamos ahí; apenas se vuelve recuerdo y aunque se me nuble la vista y se me corte la voz cuando sin querer, como hoy, por un guisito mas light, se me da por mirar hacia atrás, siempre agradeceré a mi mamá haberme hecho levantar para almorzar todos juntos.

Familia reunida, domingo ideal ...

Lucrecia, papá Rubén

"Lucrecia, papá Rubén", dijo de repente una voz familar, a través de un número deconocido, junto con un tanto enigmático "no ...