Del 2019 aprendí...


  • Que mirar no siempre es ver; que no escucharnos nos sale muy caro...
  • Que si se busca, el tiempo siempre se encuentra. 
  • Que cerebro y corazón jamás irán de la mano.
  • Que el amor no siempre alcanza. 
  • Que de todo, siempre, se aprende. 
  • Que crecer duele... bastante. 
  • Que estar solo no es igual que sentirse solo. 
  • Que la mayor distancia no se mide en millas... 
  • Que el instinto es un arma letal y la ansiedad, un horrible consejero...
  • Que la energía tiene un poder inmenso; que el miedo es un maldito cobarde.
  • Que en asuntos de dos, el tercero siempre sobra. 
  • Que soltar es necesario; que hay que aferrarse a lo(s) que queremos... 
  • Que hay que atreverse a vivir. 
  • Que la vida jamás espera.
  • Que los cambios son necesarios; que animarse está bueno.
  • Que las vueltas marean, las curvas reviven... Que no suma una línea recta...
  • Que valorarse es quererse.
  • Que el cerebro jamás se calla.
  • Que respetarse es urgente...
  • Que tengo que aprender a abrazar (y a retarme menos).
  • Que de los mejores momentos no guardo ninguna foto y que los sueños siempre se cumplen para el que jamás desiste y tiene el valor de jugarse por ellos...
Ningún año es genial, nunca los 365 días resultan perfectos pero ojalá el 2020 nos de mucha paz, también un poquito de aire y un montón de sonrisas que contrarresten el resto =)

Trust your dreams, live your Life... Enjoy de ride!
Hasta luego número primo; sé un poquito considerado, ansiado número par... 🙏

Ding Dong Dang


Ningún año es fácil, si alguien te dice que su año ha sido perfecto es, lisa y llanamente, porque ese alguien aprendió a dimensionar y a sacar un poco mejor las cuentas. El mío no ha sido perfecto; si tuviese que buscar un adjetivo para definirlo, diría que ha sido intenso y, un poco antes de culminar, algunas horas antes de alzar mi copa, puedo decir que, no obstante, supimos hacerlo muy bien.

El 2019 me ratificó que en la vida no existe la línea recta, que todo está lleno de curvas y que es justamente el zig zag lo que la vueve especial (y precisa).

Este año atravesé diferentes crisis; tomé decisiones, cambié varias veces de idea (crecí) y aunque más de una vez me he sentido muy sola, sé, desde lo más profundo del alma, que jamás me ha faltado un sostén. Chin chin por esa gente linda que siempre me banca, que nunca me suelta la mano y está siempre ahí (aquí) para mí; los que se fueron, los que volvieron, los que aún están por venir... Chin chin por las dudas; chin chin por los cambios. Chin chin por los sueños (y por el camino empedrado que nos conduce a alcanzarlos...) Estoy donde quiero estar y haciendo lo mejor que me sale; aprendiendo a decir que no, escogiendo mejor cada sí...

Alguien me dijo una vez que a lo largo de nuestro camino vamos conociendo personas que nos acompañan, algo así como "pedacitos de viaje", y siento la necesidad de agregar que, aunque no siempre elijamos, hay viajes más bien fugaces; destinos que no repetimos y sitios que amamos, de los que no desistimos, y a los que (aunque se ofusque Joaquín) siempre querremos volver... Gracias, también, por ellos ❤...

No sé qué espero del 2020, supongo que paz y estabilidad emocional aunque sabemos muy bien que no me resulta sencillo (aunque no pierda del todo la fe)...

Trust your dreams, live your Life... Enjoy de ride!

Sean felices, sonrían mucho y vivamos todos una 

¡¡ F e L i Z * N a V i D a D !!

Que renazcan los sueños, la emoción y la ganas y... Que Papá Nuel les traiga un montón de sonrisas; tengan en cuenta, también, que lo mejor de la vida no viene envuelto para regalo...


El amor en los tiempos de las w

Izquierda, izquierda, izquierda, derecha, derecha, izquierda, derecha (otra vez) y... No, no estamos marchando (¿o sí?)... ¡Crush! ¿Y ahora? Bla, bla, bla, piropo, chistes, flores, bla y... ¿Nos vemos? ¡Claro! Y de ahí en más, lo que surja que -en gral- no pasa de un par de citas... 
En la era de internet, todo se vuelve más frágil (y esfímero), como una historia de Instagram; o de facebook, que pasa más desapercibida.
Pero... ¿Cómo es? No alcanzo entonces a elucidar si se trata de mucha ansiedad o... quizá de poca paciencia pero, como sea, nos quedamos en un mísero "ni"; en un punto intermedio (e incómodo) que no suma más que un par de veladas y resta energía, emoción... y ganas...
Y todo pasa ahora por la imagen; da igual cuántos títulos tengas, cuantos chistes muy bien te sepas o que tan grande resulta tu cuore; si te sobran kilos (o te faltan lolas...) difícilmente puedas llamar su atención .Y ojo con ser petiso, tampoco vende; como si al momento de acompañar, sirviesen un par de centímetros pero, ya ven, tampoco importa...
No tengo ni puta idea de cómo se compra, el resto; siempre ando corta de plata y, además, al parecer, no hay ni siquiera una regla: "dejá que fluya", insisten; ja: no paso de un par de olas y... medio que me cansé del naufragio...  Así que, verán, o alguien me enseña a nadar o me manda un patito de ule porque,  sinceramente (quizá), tanta vuelta y tanto oleaje, deje de oficiar de salmón y... me deje llevar por el río...




De ayer, de hoy... del putísimo tiempo

Existe un millar de libros con consejos para padres pero nadie dedicó 3 lineas a la compleja tarea de ser hijos... De peques la tenemos fácil (supongo que es el instinto): un caprichito casual y ¡zaz! ya le tomamos el tiempo; lo jodido comienza después, tras caducados berrinches, cuando los vemos pisar más lento ¿En qué momento canjearon su capa por el bastón del abuelo, relantecieron su paso y enmarañaron su cielo...?
¿Qué apuro ajeno y voraz comandan las dos agujas que sobreimprimen su cuento? Si apenas había sido ayer cuando volví del jardín, de mano del auténtico abuelo... y mi pollerita a cuadros...  y su mano orgullosa... y su paciencia eterna...
Dicen que la vida tiene algo de geometría: un círculo cuasi perfecto y a lo mejor sea por eso que, en ocasiones, el principio se diluye en finales y el fin da lugar al comienzo y quienes alguna vez enseñaron se vuelven alumnos porfiados de docentes improvizados... y espejos...
Sucede que nadie te explica, jamás, como ha de ser rescatar a quienes nos han protegido tanto pero no osamos chistar y hacemos todo eso y más, sin siquiera cuestionarlo; mientras se anuda en el pecho el miedo a lo que vendrá, la angustia por lo que no volverá... la sombra de lo que ya no seremos...
¿Y qué podemos, entonces, hacer, ante al arrebato rapaz de los hilos cada vez más tiesos? Vivir, disfrutar y luchar; llenarnos el alma (el pecho) de ese refugio infinito que nos ayuda a entender que la vida no es más que eso: un instante que se escapa en cuclillas, que se escurre entre flácidos dedos pero que nos invita a soñar, sentir (VIVIR) y ser todo lo que queremos ser, mientras podamos a hacerlo...

Love each day,  Live your life... Enjoy the ride... ☺

Felices 30, feliz unión, Alemania

En el aniversario de la reunificación alemana, me parecía oportuno compartir una imagen que apenas requiere epígrafe...

Durante 30 años, familias y amigos fueron  partidos a la mitad, por el filoso capricho del mercado; la guerra fría congeló las posibilidades...  y prendió fuego los sueños...
Los intentos de transgredir, de recuperar la identidad (la vida), en poquitos casos, funcionaron; en otros, quedaron retenidos ahí, justo detrás del muro, en la franja cuyo nombre presumía el peor de los destinos.
La división fue tajante y las consecuencias, también: la arbitrariedad maquiavélica inició el plan; la desesperación y el horror completaron el proyecto...

"Dividide y reinarás" y... da igual lo que se quede en el medio...

1961 - 1989. Una nación, dos realidades.

Ojalá, jamás, ninguna división ni grieta vuelva a empujarnos a esto...

Deutschland ❤🇩🇪



Cómo sobrevivir a la bicisenda, en Baires

Asoman los primeros calorcitos, el sol y... renacen las ganas del deporte al aire libre. ¿Verdad? ¿Es acaso ud. uno de esos osados que se atreven a "cazar" la bici para desplazarse? Pues bien, les dejamos una serie de consejos:


1) ¿Es Ud. de los tempraneros? ¿Le gusta salir al alba? No haga caso al pronóstico y vista siempre zapatitos impermeables; nunca falta el encargado, con vicios de bombero loco, obstinado con la manguerita.
2) Ohhh.... ¿Qué es eso tan grande? ¿Luciano, so' vo'? No... es un volquete ¿En el medio de la bicisenda? En el medio de la bicisenda... Reduzca la velocidad y... haga lo que pueda. ¡Suerte!
3) ¿Guiño? ¿Qué es eso? Al parecer, es una costumbre de antaño que se perdió con el tiempo; lo que hoy está de última moda es mirar "losojito" del automovilista y adivinar su intención. ¿Dobla o sigue? ¡Atrévase a jugar!
4) Evite, siempre que le sea posible, la zona de colegios: los padres entrarían con auto al patio para retirar a sus bendiciones, si es que les fuera posible, así que... la bicisenda, imáginese, los tienen sin cuidado...
5) Peatones... ufff la peor maldición del ciclista: cruzarán sin mirar al costado, solos, con criaturitas, con colchones y hasta tablones. ¡Se los juro! Al grito de "cuidado", alguno le pedirá perdón (con carita de pollo mojado) y otros, lo putearán, por si acaso... 🤷‍♀️
6) ¡No use auriculares y no mire su teléfono celular mientras maneja! Por el amor de Jebús, ¡Inconciente!
7) Cuidado con las palomas... Ya conocen la expresión: "más dolobu que las palomas..." Pues bien, se cumple. Manténgase alerta. 🙆
8) Madres... Por Dios: es un cochecito no un tanque de guerra. ¡Espere sobre la vereda!
9) Veo la luz... y quema... No, no es la tercera dimensión ni la luz al final del túnel: es un semáforo ¿Verde frutrilla? No... Lamento decirle que le han mentido: es rojo y el semáforo tb es para ud.: da igual si los demás avanzan; ninguno de los ansiosos volverá ayudarle, cuando se lo lleven puesto...
10) No, la bicisenda no es la continuación de la vereda, no es una senda peatonal, no es zona de descanso, ni de estacionamiento, ¡Ni un parque de juego para niños! Pero... no todos lo tienen tan claro 🙌


Sí. Desplazarse por la ciudad en bici tiene sus "detallecitos" pero, pese a las peripecias, ¡es un excelente ejercicio! No se desanime

y... Comparta con sus seres queridos: evitemos accidentes evitables.

Domingos felices

Mojar el pancito en la salsa es una de esas cosas diminutas que me devuelven a casa; a mi casa de color azul, en un domingo común, antes del nuevo milenio. 
Familia tana si las hay; sobretodo papá: para él, la pasta de los domingos ha sido siempre sagrada y nosotros jamás objetamos aunque ahora (por esas cosas que tiene el azar...) llenó el espacio el vacío, para redundar de retórica... 
De chica prefería los ñoquis o cualquier otra pasta, rellena; Peter no negocia los sorrentinos (sobre todo si son de jamón) y papá se muere por los fuciles; esos tallarines retorcidos como el cable de aquel teléfono, que también supo tener papá, cuando iniciaba el asunto. Luqui y mamá no sé muy bien qué prefieren; supongo que los tallarines pero eso no es lo esencial; lo que yo añoro, en verdad, es ese vestigio de luz que asomaba como al descuido, mientras destapaba la Essen (tenía que ser alemán...) La comida siempre fue responsabilidad de mamá pero en alguna ocasión, dejó la posta a papá para el tuco de los domingos; por aquel entonces se acordaba mejor y lo disfrutaba... tanto... Apenas llegaba yo a la mesada de mármol y ahí me esperaba él, soplando sigiloso un pedacito de pan que me acariciaba el alma... 
La mesa de los domingos siempre fue algo especial. No importaba para nada si habíamos salido (si apenas habíamos dormido): el almuerzo del domingo era tradición familiar y nadie podía saltarlo...  
La Fórmula 1, las chinelas de paño y el Turismo de Carretera; Ferrari y Ortelli, los ídolos de papá; luego de Mouras, claro, que lo llenó de alegría... y pena. 
11 y monedas llegaba Lita, con las rodillas cansadas y la niñez escondida en ese cuerpo de abuela... Y Carmen, claro, que  ya no camina solita pero no falta jamás, sobretodo si vamos nosotros...
Lo de mami siempre fue algo especial: jamás se sienta almorzar cuando ya nos sentamos todos; parece que en ese momento de degustar el manjar, a ella le asoma una urgencia, aunque se me ofuscaría la RAE por adjudicarle ese rótulo... Pero ya nos acostumbramos, como a tantas otras cosas...
Dicen que un momento cualquiera se vuelve en verdad especial, cuando ya no estamos ahí; apenas se vuelve recuerdo y aunque se me nuble la vista y se me corte la voz cuando sin querer, como hoy, por un guisito mas light, se me da por mirar hacia atrás, siempre agradeceré a mi mamá haberme hecho levantar para almorzar todos juntos.

Familia reunida, domingo ideal ...

Te extraño...

No, por mucho que lo intente, no hay caso; no recuerdo cómo empezamos; supongo que como comienzan las mejores historias: sin planearlas...
De repente (y sin guión que le preceda), te convertiste en mi mejor compañero, en mi amante más fiel. Lo sé, siempre he sido bastante reservada para hablar de ciertas cosas, sobretodo si estas involucran -siquiera un poquitito- al corazón... Apareciste en mi vida cuando más lo necesitaba; cuando ya no confiaba en nada (ni en nadie), cuando sentía la irrefrenable necesidad de huir, adonde se que me lleves, lejos de este mundo cuadrado y racional que me encarcela y aturde...
Es cierto, te negué muchas veces y ¡ojo! no me siento orgullosa de ello, aunque he de decir, sin embargo, que eso te vuelve -aún- más interesante... aunque hoy no te tenga a mi lado. Hace días que no te veo, que no te oigo siquiera y... te extraño. No me es fácil decirlo, pero me haces falta, como nunca creí que lo harías... Dicen que extrañar está bueno; yo agrego que acercarse está mucho mejor...
Sé que te traté mal, que te subestimé y hasta herí, algunas veces. Perdón; hay matices de mi carácter que aún no consigo domar, pero te quiero y nunca te haría daño...
Sé que de alguna manera estás, por ahí, percibiendo -sin querer- todo esto que te digo. Te extraño lindo, sobretodo por las noches, y más cuando son de frío. ¿Volvés? Prometo tratarte bien esta vez, colo...
Ya no tardes, mi vida; te extraño horrores, Netflix 😢...

Al aire, a vos... al deseo

Pasados ya 7 meses del brindis más tirano y más fiel, se me da por sacar las cuentas. No... no viene siendo muy fácil pero te juro que, todavía, lo intento... No sé en realidad qué esperar (o qué quiero) pero me hacés falta, ¿sabés? aunque me castigo... y te alejo... Es como si no pudiese elegir o a lo mejor sí (pero no lo acepto) y cuando cae el sol y me muero de frío ... tan solo te imagino a vos desovillando mis líos...
A veces me pregunto si te dejé pasar o si, en verdad, jamás nos vimos y me tortura la loca idea de llegar a pensar que... nos perdimos...
No, no todo se ve tan mal y pese a la bronca y la angustia, aun sonrío. No es fácil llegar a mi edad (y ni te cuento cuando pase julio...); no se trata de exagerar sino más bien de sentirlo... En invierno se pone peor, insisto...
¿Sabés que, últimamente, me vengo animando a más? Me quedan cada vez menos miedos. Sí, ya sé, la paciencia también se fue desgastando pero gané coraje (y tiempo).
En relación a mi otro amor (te hablo del tricolor... ) estamos cada vez mejor, hicimos un poco las paces y ya casi que no reniego aunque te debo contar que aquel señor del habano hablaba desde la verdad (con criterio). La pucha que la tenía clara con el super yo y el ello; y con el inconciente enterito que, ya sabés, sí le creo...
Bueno, supongo que ya estuvo bien; tampoco te quiero aburrir (y que no quieras venir...) ¿Te imaginás?  Sin duda el desenlace más cruel que, por supuesto, no quiero...
No tardes tanto en venir...
Te espero.


Se te parece, a vos...

Se le parece, es cierto, este pequeño lunar azul sobre la mejilla izquierda no era algo usual; lo había visto antes... No podía entender la conexión entre ambos o por qué, de repente, me había acordado de él. Quizá, el atardecer sereno lo había devuelto conmigo; habíamos pasado una tarde maravillosa, los dos, como aquella vez, en verano… Me pregunto si, acaso, para él, había tenido sentido… Recuerdo que prometí olvidarlo como nunca y para siempre, para toda la vida y me juré que nunca, jamás, lo dejaría volver… Ahora que mi alma lo evoca más allá del tiempo puedo decir que sí, que lo extraño; que amaría tenerlo conmigo, otra vez, reviviendo escenas que jamás vivimos, delineando planes que jamás planearán… Se le parece, es cierto, pero yo lo recuerdo más hermoso y, ahora, con el alma anudada y las promesas prescriptas… no sé qué más puedo hacer…

Feliz día para mí (y mis colegas)



Siempre quise ser traductora pero jamás dejé de escribir y, de hecho, estudié comunicación (primero). Durante años, intenté explicar que comunicación y periodismo no son lo mismo porque -en verdad- no lo son; aunque al momento de elegir la orientación, me quedé con la periodística 🤷🏻‍♀️... Así que... si bien jamás ejercí como tal, hasta laburé en una editorial (e incluso escribí en Ohala 😮...), como afirmando el principio. Además -una y otra vez- la reflexión, la angustia o el desamor me llevan de nuevo al papel (al lápiz); a ese oasis sagaz que siempre ha sabido salvarme...

Así que sí, soy periodista con título, con vocación y criterio; quizá -también- de opinión, con tinte -tal vez- de escritora del "yo", traductora de síntomas (y urgencias...), amante incondicional de las metáforas (y los paréntesis). A lo mejor (¿por qué no?) también llegue a ser de lenguajes, culturas ( y acentos... ) pero hoy solo (?) quiero decir:

MUY FELIZ DÍA A MÍ y a todos los que -como yo- son (o sueñan llegar a ser) PERIODISTAS. 👩‍💻✍
#7DeJunioDiaDelPeriodista

De golpes, de efectos

Por alguna extraña razón (o tal vez un astuto oximoron), los momentos más duros del vivir nos ablandan y nos arriman, ya ven, a aquellos que, también sin saber por qué, se mantuvieron distantes...  A lo mejor sea solo la esencia (o el capricho del azar) lo que nos vuelve así, humanos; melancólicos del no más, suplicantes de lo no guardado, mientras alejamos -sin piedad- a quien nos busca, nos quiere y nos necesita a su lado... Como si acaso la vida se detuviese a esperar, como sí el para siempre pudiese, quizá, renunciar al blues de corbata  y sobrevolar sin cadenas los suelos que vamos pisando...
¿Será que solo así somos capaces de ver? ¿Será que no hay otro modo mejor de enseñarnos?
De nuevo me acuerdo de vos y del capricho atroz que nos cruzó aquella tarde... Y me pregunto por qué aquel enredo cruel sigue ovillando mi vida y sí volveré a sentirte, otra vez, entibiando el frío letal que desabriga mi piel y tergiversa mi días. No, no estoy enamorada de vos, aunque podría...
Sospecho que es el temor, también, el que nos detiene así, en un receptáculo cruel, espejado y terco, que además nos hace creer que ya no es digno insistir, ni intentar, ni movernos hacia el camino con curvas, lejano e incierto... 
Qué puto se vuelve el azar cuando nos obliga a ver aquello que poco vemos, y ¡cómo duele, en verdad, querer darle marcha atrás al arbitrario reloj que tenemos...! No existe tal profesor y Steven distingue muy bien entre vida que sabe vivir e imágenes en movimiento. Solo nos queda intentar, dejar de escapar y atrevernos; para llegar -entonces-  a ser y a vivir (sin escusas ni traspiés) la vida que queremos vivir, mientras podamos hacerlo...

Love each day,  Live your life... Enjoy the ride... ☺




This is me.


Lucrecia es nombre de tía solterona, de mujer seria y acartonada; de loser… Así lo siento, desde pequeña. 
Hasta mis 16 (o 17, digamos) enloquecí a mamá con la insistencia incesante (voraz) de cambiarme el bendito nombre.  Pobrecita mi mamá; ella me explicó hasta el cansancio lo mucho que amaba (y aún ama, supongo) el modo en que decidió nombrarme. Sucede que, al parecer, cuando ella era chica, también, tenía una compañera del cole -al menos, ante su mirada- completamente perfecta: buena, bonita, inteligente, y, por alguna extraña razón, asumió que… todo lo espectacular de esta flaca, podría transferirlo a su hija; que vengo a ser yo, quien escribe. 
Sí, la historia es muy emotiva y hasta me conmueve, un poquito; es por eso que, al crecer, dejé de luchar contra él y decidí mantenerlo, aunque con ciertos ajustes, “convenios”.  Luego de años de Lucre llegó el esperado Lu y, claro, no fue nada deliberado; tampoco es que los obligué sino que, más bien… tracé una sutil estrategia: empecé a presentarme así, como Lu, como para disimular; para que nadie sospeche que, en verdad, no era Lu sino Lucrecia el título de mi documento. Claro que nada es gratuito y, en más de una ocasión, me “ligué” algún “Lucía”, “Lucila”, “Luciana” y hasta “Ludmila” -recuerdo- pero todo resultaba mejor (e incluso menos traumático) que revelar el misterio. 
Un día cualquiera (hace no mucho, verán), sin siquiera sospechar, me cayó la bendita ficha: “Tía… tía… ¡Tía… Lucrecia!”, arrojó ella, mi pitufita del alma, con total naturalidad y sus tan solo 4 años y, ante mi rostro ofuscado y mi arbitrario “no” la remató -sin piedad-: “¿Y cómo te puedo llamar?” y me hizo caer en la cuenta… Mi anular permanece desnudo y la petisa me llama tía… ¡Tía Lucrecia! Caramba, al parecer, se complica…
Si es que me atrevo a indagar (a atravesar el prejuicio), encuentro que el nombre, de origen latino (¿local?) no está, en verdad, tan mal, según su etimología: “Lucrecia, la que gana”, leí en las 3 w y hasta me convenció, un ratito. También encontré atributos que, desde lo racional, jamás me adjudicaría. Sí, soy sensible, emotiva (y terca) pero eso no tiene que ver ni con las letras, ni el lápiz; te puedo creer (hasta ahí…) la activa función de los astros y corregir, sin piedad, lo que me quede más lindo pero el nombre jamás responderá a un mandato o, ¿acaso, la sucesión de signos aloja un poder oculto? De ser así, me lo avisan y arranco mi manuscrito… 
Ahora bien, refutaría Don “Benyo” (el profe del seminario que hasta hoy no comprendo), cuando empezamos con la cuestión, allá por mil nueve noventa y tantos, no puede haber sido igual. Según recuerdo, de chica, no hacía más que discutir con mamá; a lo mejor, lo del nombre no sea más que un condimento. Eso no quita el pesar pero al menos, quizá, lo suavizamos un poco, si le convidamos criterio. Porque, además de sensible, emotiva y terca, soy por demás racional y eso no puedo ocultarlo. Entonces, dijimos, si apenas tenía 17 cuando dejé de pelear (y el tema llevaba algún tiempo…), no hay motivo o razón para adjudicar desazón a un arbitrario puñado de letras. Es más, me veo forzada a afirmar (y hasta, quizá, a jurar) que… algo tendría que hacer, al respecto; no vaya a ser cosa que, tantos dimes y diretes, se cumpla la predicción ¡y siga siempre soltera!  

De curvas, de miedos...

Los domingos a esta hora te extraño un poquito más, en el idioma que ama Joaquín, que siempre sabrá definirme. No sé qué tiene esta hora pero te quiero acá, conmigo...
Hace ya algunos años que no sé nada de vos y hasta he llegado a pensar que, a lo mejor, jamás estaremos juntos y aunque mi razón no se oponga, se opaca un poquito el alma cuando me creo ese no...
"Tenés un problema con los rótulos", me juró; yo solo miré sus ojos...
Soy incapaz de contar la cantidad de minutos que quise sentirte así: abrigando una mano fría que siempre anheló tu coraje...
 "¿Por qué te es tan difícil ponerle un nombre?"insistió, y no supe qué responder...
Me niego a seguir así, escondiendo entre sábanas blancas temores de los más oscuros, adjudicando la absurda razón de que yo no te merezco; que mi vida va por otro lado y que en la vorágine en la que me muevo no hay lugar para vos... 
Yo quiero empezar otra vez pero no hablo de empezar de cero porque eso significaría cometer los mismos errores que me trajeron acá, a mis 30 y tantos otoños, vacíos...
"Se nota que tenés mucho miedo", dijo con cierta piedad; yo solo bajé la mirada...
"El problema es que la necesidad no coincide con el deseo", dijo al finalizar y supe entonces que tenía razón, y yo, por lo tanto, tan solo una alternativa...

De fechas, de meses... de daños

"A mí me parece cualquiera que la gente regale flores o invite a cenar a su pareja solo porque lo dicta el mercado; yo demuestro mi amor cuando quiero", afirmó él, con palabras más coquetas y en la lengua que tanto amo y yo, que soy cinturón oscuro en contradecirle todo, decidí que tenía razón... Ojo,  a Joaquinito tampoco le enloquece la idea, aunque su negación es apenitas mayor y delinea una lista más amplia...
Parece que el mercado (el sistema) insiste en condicionarnos los días: que el de la madre, del padre, del perro y hasta del amigo y nos movemos, ya ven, diciendo "te quiero" y "yo más", conforme nos dicte su antojo... No es que yo vea mal, dedicarle un poquito más a aquellos que quiero... tanto; el tema está en lo que hacemos, 364 días que restan del mismo año...
Decile "Te amo" hoy y repetíselo en marzo; sacate una selfie con tu mascota en abril y disfrutá con ella otro día, sin tu teléfono en mano; llamala a la abu hoy, aunque no cumpla los años; abrazá a los viejos en junio, octubre o cuando se te cante abrazarlos; reite con tus amigos en julio, diciembre o mayo. Viví bien la vida un lunes, igual que esperás el sábado y animate a intentarlo todo, porque la vida no pide permiso y también dictará su antojo... sin dar lugar a apelarlo... ♥

¡Vamos los lunes!

"Lo mejor que te puede pasar no es tener a alguien los viernes; lo lindo es encontrar con quien compartir los domingos", leí por ahí, al pasar, y no lo quise ocultar: yo también quería lo mismo... 
Los viernes estamos todos (más enteros o menos rotos...) para una juntada en un bar o un encuentro casual; dejado atrás el pesar y el sinfín de barulllos que nos enredan a diario. El sábado es más o menos igual; la clave asoma a las 6, bastante entrado el domingo. Entonces, sos el legítimo yo (con tu montón de mambitos...) y toda esa euforia sagaz -de apenas 2 días atrás- mutó a la inherencia real de lo que sos cada día; lo que se descubre después (en el mejor de los casos...) tras varias cervezas frías... Yo soy más bien de creer que hay que mostrarse tal cual y desafiar ese miedo real de desnudarnos y ya,  sin disfrazar el quizá... y sin quitarnos la ropa... 
Si alguien me gusta (pero de verdad), elijo verlo algún lunes o un miércoles; un rato después de entrenar o al salir del laburo, con la actitud manifiesta de un día sorteado al azar, las pilas a medio cargar y la sonrisa infalible que no se atreve a dudar que, pese a un millar de quilombos, elijo escurrirme un ratito y dar lo mejor de mi ser porque la vida, ya ves, se mide en momentos chiquitos...
Haceme caso (¿Querés?), poné a un costado el glamour, que el brillo se vuelve opaco y apocará, también, a quien no distinga matices... Llamalo un lunes, invitalo a un café, un martes, porque solo quien te acepta así, merecerá tenerte los viernes, te extrañará los jueves y te elegirá, también, los domingos...


De vos y de mí, sin testigos

Y de pronto asomó el sol, sin siquiera pedir permiso... Me pregunté, entonces, cómo sería el después, luego de tantos prólogos indecisos y... no supe qué responder.  Una pequeña porción de mi ser necesitaba huír y otra moría por detenernos así, por otros cuantos ratitos. Estaba muy claro el deber, lo jodido era el querer que no paraba de perseguirnos...
Todo habría sido más simple si, luego de aquella vez, te hubiese dejado ir pero no quise querer y acá me ves, otra vez: destejiendo evidencias para sentirte conmigo... 
Fue tan linda esa Navidad... Incluso antes del 24; las dudas, los miedos (las ganas) y el trampolín de enredos que nos condujo allí... solos. No puedo ni enumerar la cantidad de preceptos que agonizaron ahí, justo detrás de tu puerta, sobre la vereda de pecas, apenas te vi venir... Parece que, como aprendí de Joaquín, hace tiempo que no me hago caso...
Después nos volvimos a ver y algo salió mal esa vez:  no me bastó tu ratito y ya no supe qué hacer... Ha sido todo tan raro y sorpresivo, a la vez, que ni me atrevo a decirlo. Me gusta que sea así, que siquiera este no se qué sea de vos y de mí, mientras elijo creer que te volveré a tener y volveremos a ser, eso que me gusta ser, cuando te tengo conmigo...

Lucrecia, papá Rubén

"Lucrecia, papá Rubén", dijo de repente una voz familar, a través de un número deconocido, junto con un tanto enigmático "no ...