Hola. Vine de nuevo, pero no volvì.

No podía garantizar cómo sería volver a verte, 35 semanas después de aquel último abrazo...
"Bendito el lugar y el motivo de estar aquí", tarareaba en silencio.
Cómo erase de esperar, te vi apenas crucé la puerta, pero no me pude acercar. Te veías tan lindo con ese sweater... Esquivé tu mirada mientras me duraron las fuerzas,  hasta que el calor de tu abrazo me sorprendió.
- " Se te ve perdida. ¿Estas bien?", preguntó. Yo solo respondí que sí;  se me escurría el alma con cada letra...
Cruzamos miradas durante toda la tarde; yo no permití que lo notes, tampoco vos y sobre el final del día, lo que yo tanto temía, una vez más, sucedió. Sospecho que preferías así, a escondidas. Siempre te preocuparon las voces (las otras, las ajenas) y, además,  para todas esas "otras cosas",  siempre nos faltó valor.
¿Cómo decirte que sí, que yo también te quería, que aún también me dolía, sin que me tiemble la voz... ? Asumo que por eso escogiste el ruido, las comas y tantos signos de puntuación...
Sé que no fue casual que no amaneciéramos juntos, aunque he de decir, sin clemencia, que no fue fácil la decisión. Me desperté con ganas de decirte... tantas cosas, mas no hubo momento oportuno, ¿o acaso me faltó coraje? No sé. No se dio.
¿Qué decirte de la despedida? Una vez más: no alcanzó. Me quedé con un montón de palabras dormidas, de abrazos callados, de besos... de amor...
Hay historias que nacen para vivir sin futuro, con un presente abreviado e intenso que, mientras dura la magia, nos hace creer la ilusión; hasta que se esfuma el hechizo y el alma, pequeña y arrugadita, murmura para persuadirnos de que eso será lo mejor, mientras se quiebra en pedazos tu sueño...
Diseñé tantos guiones para nuestra historia;  escenas, tomas, actores, canciones y locación y hasta enmarqué y traduje las pausas, mas nunca encontré los colores para dibujar nuestro adiós, y aunque ya te haya soltado y esté de acuerdo, esta vez, con mi alma, a la orilla de la cordillera, entre viñedos y sueños, siempre me quedarás vos...

Lucrecia, papá Rubén

"Lucrecia, papá Rubén", dijo de repente una voz familar, a través de un número deconocido, junto con un tanto enigmático "no ...