Un día es un siglo sin ti...


No. Por mucho que lo intente, no hay caso; no recuerdo cómo empezamos; supongo que como comienzan las mejores historias: sin planearlas...

De repente (y sin guión que le preceda), te convertiste en mi mejor compañero, en mi amante más fiel. Lo sé, siempre he sido bastante reservada para hablar de ciertas cosas, sobretodo si estas involucran-siquiera un poquitito- al corazón... Apareciste en mi vida cuando más lo necesitaba; cuando ya no confiaba en nada (ni en nadie), cuando sentía la irrefrenable necesidad de huir, adonde se que me lleves, lejos de este mundo cuadrado y racional que me encarcela y aturde...

Es cierto, te negué muchas veces y ojo! No me siento orgullosa de ello, aunque he de decir, sin embargo, que eso te vuelve -aún- más interesante, aunque hoy no te tenga a mi lado. Hace días que no te veo, que no te oigo siquiera y... te extraño. No me es fácil decirlo, pero me haces falta, como nunca creí que lo harías. Dicen que extrañar está bueno; yo agrego que acercarse está mucho mejor...

Sé que traté mal, que te subestimé y hasta herí, algunas veces. Perdón; hay matices de mi carácter que aún no consigo domar, pero te quiero y nunca te haría daño con intención...

Sé que de alguna manera estás, por ahí, percibiendo -sin querer- todo esto que te digo. Te extraño lindo, sobretodo por las noches, y más cuando son de frío. Volvés? Prometo tratarte bien esta vez, colo...

Ya no tardes mi vida; te extraño horrores, Netflix 😢...

Las fronteras distinguen países, no personas...

No. En general, no escribo sobre política partidaria, pero me parece que hay cuestiones que atraviesan, transversalmente, cualquier debate político...
Al parecer, cuestionar la localización de Santiago Maldonado anula la posibilidad de preguntar por otras personas desaparecidas anteriormente, como si la vida humana pendiera de una banderita de colores.
No, no estoy de acuerdo, al margen de cualquier ideología, yo quiero que aparezca santiago, junto con los demás desaparecidos y responsables de crímenes- de antaño- todavía impunes.
No me importa si hay brecha o divisiones arbitrariamente instauradas: yo elijo pararme en el medio, en el del suelo que piso, que por ahora es Estado y alguna vez- ojalá- volverá a ser un pueblo unido, bajo el ansiado nombre de Nación Argentina.

Entre bambalinas...

Porque la vida es una gran obra de teatro que no dejamos de ensayar, porque soñamos con cientos de estrenos (y nos vestimos de gala para tantas escenas...), porque encarnamos papeles, intercambiamos roles y protagonizamos decenas de obras distintas y porque tod@s, en algún momento, no dudamos en disfrazar nuestras penas, para que quienes tanto queremos, puedan volver a reír...

Por ello y por tanto más, nos deseo a tod@s un gran día del actor/actriz.

Ensayemos, actuemos (y protagonicemos), pero tengamos presente que, por fuera del escenario, no hay fecha prevista de estreno 😉

y... mención especial para quienes actúan, con "matricula habilitante" ❤️

Levis Mode off!



En ocasiones, todo parece estar al revés, enredado (retorcido) y nos inquietamos porque, en mayor o en menor medida, precisamos el orden y tal ausencia de líneas nos desconcierta. Es exactamente en esos momentos en los que nos damos cuenta de que Levis omitió un apartado; que orden y bienestar no son sinónimos, que las curvas conectan caminos, que lo previsible aburre y que es esa cuota de azar la que nos mantiene vivos. La perfección es un mito, la vida no viene con reglas y aquello que carece de solución, no puede ser llamado problema...

Lluvia intensa para disfrutar el sol; altibajos y mareos, para valorar la sonrisa...

De ventanitas, de cuentos...



De vez en cuando, sin mas, una ventanita atrevida nos deja ver a trasluz (a destiempo...). Entonces, un torbellino feroz nos tergiversa las horas (y el miedo); viajamos precipitados, sin permiso (sin piedad) en ese trencito inquietante que nos hizo reír (y llorar...) tantas veces... Se nos entrecorta la voz y late con fuerza el pecho. Paseamos por el vagón (un rato), como buscando porqués (y pretextos...) hasta que se esfuma el tren; también muy precipitadamente y nos devuelve desnudos y por demás conscientes ... Ya nada podemos ver de aquella misma manera; porque eso que jurábamos sano (y estable) estaba en verdad rasgado, con notas multifacéticas, todas en tono muy sepia... y porque de un viaje así, no puede uno -jamás- regresar ileso...
Y así seguimos, con un paso zigzagueado, a veces curvo, a veces recto; buscando esa ruta fugaz, un tren osado-mordaz- que apenas por un momento, nos hace creer en la magia, librándonos de tanto cuento...

Cortémosla, en serio.


No alcanzan las marchas, no alcanzan los gritos; no bastan los llantos y lo pedidos afónicos de familiares y amigos, sus ruegos...
No, no alcanza, porque ninguna de esas variables es capaz de solapar la enfermedad que subyace y que nos alcanza a todos. No alcanza, porque ya nadie se asombra cuando le gritan algo -poco cortés- a una chica, mientras pasea por la vereda. No alcanza, porque caminar en una calle oscura sigue siendo más peligroso para una mujer que para un caballero; y ni hablar si además usa tacos, escote o falda, aunque, "curiosamente", nadie acosa a un pibe que va en traje de baño o con bermudas o shorts...
No alcanza porque, al momento de buscar laburo, querer ser mamá también representa un problema; aunque la alegría y el amor los compartamos con "ellos". No alcanza, porque si estás de mal humor, seguro te está por venir o no pasaste una buena noche. No alcanza, porque el relato rebasa de símbolos, de frases y de expresiones peligrosamente naturalizadas. No alcanza y mientras no se promueva la educación y el cambio, podremos reducir el número de casos, pero jamás librarnos de ellos...


Empecemos a CONCIENTIZAR que la MUJER no es un flanco, no es una cosa, no es objeto; MUJER, señoras y señores es, al igual que HOMBRE, un ser, una persona, un género...

y acordate siempre, pebeta:
El acoso no es normal, agredir SIEMPRE está de más, que sea tu PAREJA NO significa que sea tu DUEÑO y, aquel que verdaderamente te AMA, JAMÁS te faltaría el RESPETO...
Ni una Más - Ni Una Menos...
En serio...

Sí 10 años después, te vuelvo a encontrar, en algún lugar... ♪


Hace cosa de 10 años, rendía mi último final. No, no recuerdo cuál fue, exactamente; luego siguió un trabajo práctico -en grupo-, la "bendita" tesina y... chau facu: Licenciada, al fin...
Recuerdo que esa época que, hasta hoy, considero una de las más bonitas de la vida, no supe disfrutarla como debía, aunque teníamos nuestros "momentos": las cataratas de café (¡y tutucas!), los menúes que improvisamos para Luqui y Gaby (), las tentadas de risa en los interminables resúmenes; los madrugones (?) y los "paseos" por retiro, con las materias aprobadas, los hombros más distendidos; un ticket camino a casa y la insustituible -y orgullosa- sonrisa de los viejos al verme llegar, de vuelta...
Sí me preguntaban entonces (y, de hecho, lo hicieron), habría dicho (dije) que ni loca empezaba otra vez, pero ya ves lo que dicen por ahí: "nunca digas nunca"...
Hoy rendí mi primer final después de largos meses en "pausa" y... no se parece en nada a lo que viví anteriormente... No sé si es la edad, la pasión o las experiencias de vida pero... algo me lleva creer que ... esto tiene más que ver conmigo.
Todo se vive distinto: el estudio, el apoyo, los nervios... Ahora no tengo a Lalita, poniendo corchetes y "no" a discreción encima de frases absurdas; no espera Luquis en casa que vuelva a decirle, otra vez, que aprobé una materia... No veo al "coqueco" jugando feliz a la play, antes de irse él, a rendir un examen y ya no me escapo a "casa", luego de firmar la libreta; pero la sensación de placer (y de orgullo) aún se percibe en el aire...
No sé cómo seguirá, me atrevo a arriesgar que en algún momento se volverá tedioso (cuando nos sobre teoría...) y en ese momento, veré. Porque si algo aprendí (y vaya que lo he aprendido...), es que nadie nos regala nada; que no podemos anticipar, ni diseñar nuestro andar; el camino. Porque es paso a paso que andamos y es solo por eso (y así) que estamos (y nos sentimos) real -y maravillosamente- vivos!


Chin chin!

Lucrecia, papá Rubén

"Lucrecia, papá Rubén", dijo de repente una voz familar, a través de un número deconocido, junto con un tanto enigmático "no ...