Cortémosla, en serio.
No alcanzan las marchas, no alcanzan los gritos; no bastan los llantos y lo pedidos afónicos de familiares y amigos, sus ruegos...
No, no alcanza, porque ninguna de esas variables es capaz de solapar la enfermedad que subyace y que nos alcanza a todos. No alcanza, porque ya nadie se asombra cuando le gritan algo -poco cortés- a una chica, mientras pasea por la vereda. No alcanza, porque caminar en una calle oscura sigue siendo más peligroso para una mujer que para un caballero; y ni hablar si además usa tacos, escote o falda, aunque, "curiosamente", nadie acosa a un pibe que va en traje de baño o con bermudas o shorts...
No alcanza porque, al momento de buscar laburo, querer ser mamá también representa un problema; aunque la alegría y el amor los compartamos con "ellos". No alcanza, porque si estás de mal humor, seguro te está por venir o no pasaste una buena noche. No alcanza, porque el relato rebasa de símbolos, de frases y de expresiones peligrosamente naturalizadas. No alcanza y mientras no se promueva la educación y el cambio, podremos reducir el número de casos, pero jamás librarnos de ellos...
Empecemos a CONCIENTIZAR que la MUJER no es un flanco, no es una cosa, no es objeto; MUJER, señoras y señores es, al igual que HOMBRE, un ser, una persona, un género...
y acordate siempre, pebeta:
El acoso no es normal, agredir SIEMPRE está de más, que sea tu PAREJA NO significa que sea tu DUEÑO y, aquel que verdaderamente te AMA, JAMÁS te faltaría el RESPETO...
Ni una Más - Ni Una Menos...
En serio...
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De penas, de hartazgo... de miedo
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