De ventanitas, de cuentos...



De vez en cuando, sin mas, una ventanita atrevida nos deja ver a trasluz (a destiempo...). Entonces, un torbellino feroz nos tergiversa las horas (y el miedo); viajamos precipitados, sin permiso (sin piedad) en ese trencito inquietante que nos hizo reír (y llorar...) tantas veces... Se nos entrecorta la voz y late con fuerza el pecho. Paseamos por el vagón (un rato), como buscando porqués (y pretextos...) hasta que se esfuma el tren; también muy precipitadamente y nos devuelve desnudos y por demás conscientes ... Ya nada podemos ver de aquella misma manera; porque eso que jurábamos sano (y estable) estaba en verdad rasgado, con notas multifacéticas, todas en tono muy sepia... y porque de un viaje así, no puede uno -jamás- regresar ileso...
Y así seguimos, con un paso zigzagueado, a veces curvo, a veces recto; buscando esa ruta fugaz, un tren osado-mordaz- que apenas por un momento, nos hace creer en la magia, librándonos de tanto cuento...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Lucrecia, papá Rubén

"Lucrecia, papá Rubén", dijo de repente una voz familar, a través de un número deconocido, junto con un tanto enigmático "no ...