Hasta siempre, pequeñita...



Y un día, te vi partir...

No fue hoy (ni anoche), sino hace unos días pero no encontraba las fuerzas para escribir, porque eso significaba asumir algo que... aun me duele demasiado...

Recuerdo el día en que nos conocimos; era sábado, un poco gris, se preveía una noche de risas y entonces, en el behind the escenes, por primera vez, te vi; bueno, a decir verdad... Nos presentó una amiga, a vos y a mí... Desde ese primerísimo día, supe que serías lo que más quería (y necesitaba...). Y fue así. Me acompañaste en todas las cosas; en las convencionales (las que hace todo el mundo) y también en los delirios; esos que no llegan a ningún lado... Vos también estuviste ahí... Ocupaste -sin saber- el hueco que supo dejar alguien más, a quien también quise mucho y tuve que dejar ir... luego de haberme herido... No, no podría compararlas, lo nuestro duró mucho menos pero fue siempre especial, como tu adiós...

Qué putísimo destino: morir en manos de una simple sopa; ni siquiera de cebollas o tomate (más gourmet); ojo, la sopa estaba muy bien pero merecías un final más cinematográfico; como tu antecesora, que se la mandó con ganas y bueno... el resto ya lo sabés 🤷🏽‍♀️

Se que a partir de tu "puff", en el cielo de las mini-pimmer bailan contentos, al ritmo del "run run" de tu alma, que dejó vacía tu carcaza, en el rinconcito del mueble que no he vuelto a abrir... 😔

Te voy a extrañar, bonita...

Ya nada será igual, sin vos...




[No le muestren a María Belén]💃

De calzas, rimmel y labiales, en cuarentena

Me cansé. Me cansé de las calzas diversas y los tops deportivos, de las remeras grandes, de la ropa de casa; de las ojeras profundas y de la boca con poco color...
Me cansé del "ya fue; me pongo hoy cualquier cosa", total acá nadie me mira; total, estoy sola en casa y nadie me viene a ver..
Me cansé de "el rimmel ni tiene sentido" o del ¿para qué usar labial esta noche? Si total hoy nadie me espera ab
ajo... Total... él ni siquiera me ve...
Me cansé y me propuse una cita pero para mí solita... Desde luego no osé dudar y de una, me dije que sí. Cociné algo rico (y sano) me abrí un rico vino que estaba guardando; me vestí de persona y me atreví a disfrutar; ojo que también me puse perfume (pero si lo sienten, me avisan que nos llenamos de plata...🙃)
Y sí,  de tanto en tanto, es necesario verse distinta; un poco más linda... y también más mujer; la condición de la que tanto reniego y ahora añoro, aunque no lo puedan creer...
La cuarentena nos cambia a todos; tanto que me muero por decir "te quiero" y atreverme a un abrazo... No se si estoy menos dura  o a lo mejor más humana pero hoy quise verme distinta, solo por mí, siquiera por esta vez...
Hacé lo mismo, dale, no te guardes para nadie ... no te dejes para después, que la  vida pasa muy rápido y a veces se vuelan las chances... Sin que las podamos -siquiera- ver.
Mimate, querete (aceptate) y hacete bien, así, cuando alguien  más te llame bonita, quieras mirarlos a los ojos y puedas -por fin-... creer.

Bonito sábado muchachitos;  que el 👑 no nos quite la alegría, los labiales y las ganas de sonreír. Prost! Nos extraño. Chin chin!🍷🍷





De la cuarentena aprendí (o ratifiqué, entre medio...)


Que quien te quiere, está (y por supuesto, tb, lo opuesto).
Que el silencio también aturde,
que siempre se vuelve al amor primero 😃.
Que las estructuras hay que quebrarlas;
Que no es sano el encierro 🤪...
Que pedir ayuda no es grave;
que serio es no atreverse a hacerlo...
Que Sigmund merece un Nobel
y Morfeo... el descanso eterno...😒
Que lo mejor no se busca;
que siempre que se quiere, hay tiempo...
Que decir siempre  es peligroso;
que decir no es tremendo...
Que lo material no se extraña;
que hay que aferrarse a lo(s) que queremos.
Que el cerebro jamás se apaga,
que el miedo es un mal consejero...
Que la mayor distancia no se mide en millas,
que la pantalla no siempre separa,
que adaptarse es un fucking reto...
Que mover el cuerpo alivia el alma...
Que los afectos guardan un poder inmenso ❤️...
Que en algo chico, se pueden hacer grandes cosas;
que no todo lo grande es bueno 😕.
Que el alcohol va por dentro y por fuera;
que no hay muchas reglas en este momento... 😏
Que planificar agobia;
que sorprenderse es perfecto.
Que el tiempo ni alivia ni cura;
que está en nosotros hacerlo.
Que a veces, caerse no es malo;
que los cambios son muy necesarios...
Que animarse está bueno...
Que esperar desespera,
que decidir nos libera
y que el bendito día de hoy...
Es lo único que tenemos..

Live your life, trust your dreams... Enjoy the ride 💃...

Abrazos virtuales, alcoholes reales, paciencia, perseverencia y ENCIERRO 🙏

Quedate en casa, lavá tus manos; cuidate y y cuidame... ¡Podemos! 💪

Ensayos de cuarentena

Siempre amé estar en casa; quizá porque la vida que llevo me "fuerza" a estar lejos de ella, durante gran parte del día.  Lo que jamás programé es permanecer aquí, todas las putas horas y total-mente sola, durante 14 días...
Para los que no me conocen, hace ya 9 años que vivo en un depto pequeño; un mono acogedor que, aunque jamás fue mío, lo convertí en mi hogar... Ahí supe vivir de todo: me enamoré, extrañé; pinté y despinté; me enojé y grité; escribí y borré; amé fuerte la soledad y me aterró -alguna vez- estar para siempre sola.  Lo cierto es que, con 37 vividos, uno va a aprendiendo a ser...
Los primeros 2 días fui realmente feliz: me dediqué a descansar, a limpiar bien a fondo la casa y a desinfectar, también, cada elemento "cruel" que venía del extranjero y eso me incluía a mí, así que...  También yo necesité limpiarme. Y empecé a llorar... y lloré  y lloré, con poco menos glamour que viendo la 5ta Avenida pero con similar frustración a la que le convidé al Starbucks;  porque no lograba dilucidar como tanta ilusión y esfuerzos podían fundirse así: en horas de incertidumbre y bronca; en vuelos frustrados, teatros cerrados y alturas que no llegué a conocer... New york es maravillosa pero llegó a aterrarme y quise desaparecer. Entonces no sé si fue Dios o alguno de mis angelitos quien me tomó de la mano para traerme de vuelta; lo que más fuerte anhelé... Digamos que en ese contexto, mi hogar era lo más seguro; también lo más esperado y por suerte el bendito escenario dónde decantó el show; esa mezcla de angustia y alivio que aun no consigo creer... Y me abracé a ese mix, para volverlo más mío...
Al cabo de pocos días, entré a desesperar, otra vez: ¿Iba a aguantar tantos días? ¿Sin comprar una puta verdura, sin verle la cara a nadie, sin entrenar como loca, sin tomar aire de afuera, sin ver -siquiera- el sol...?  Y sabrá Dios como fue pero me fui adaptando: reorganicé, primero, los muebles; moví una firme estructura y comencé a entrenar. Sí, en un cuadradito ideal de mi modesta cajita, con rutinas en papel y robadas, a seres que, lejos mío, me han hecho gran compañía, tan solo pudiéndolos ver...
Lo de comprar, en verdad, me resultó más complejo; quizá porque nunca me organicé de ese modo y siempre adquirí, de pasada, antojos que no calculaba y que quería tener... No obstante la realidad, suele la necesidad volverse un poquito hereje... Y me dejé convencer...
Aquello del aire y el sol es algo más complicado: tan solo un balcón limitado que a penas me deja ver; así que cambié esa luz, por lavandina y esponjas y lustro lo ya lustrado; como una suerte de auxilio (de oasis ya transitado...) que Freud ni condena ni afirma y a mí... me hace super bien...
A las personas, ya ven, las mueve la tecnología, que acerca o aleja a su antojo; según le dejemos hacer...
Yo sigo logrando encontrarme, revalanseándo valores, adjudicando escalones y casilleros con nombres, según corresponda tener... Queriendo aprender -por fin- que no siempre lo superior es lo que ya conocemos; que hay cambios que nos merecemos... Aunque nos cueste entender...
Y fueron pasando los días, ¡y estoy en el día 12! , surfeando las últimas olas, con ansias y ciertos miedos de reencintrar este mundo que, ya renovado y austero, nos dictará quiénes ser...


Por uso, no por decreto...

No estoy en contra del lenguaje inclusivo, sino de la forzada imposición con argumentos tan débiles y un nombre coqueto y a la vez infiel a la realidad que comporta. Todos los idiomas cambian, toda lengua viva evoluciona y es justamente ese plus, el que da cuenta de su latido... ¿O acaso no nos costó leer El cantar del mío Cid? Parecía latín pero no era  más que castellano antiguo (medieval, que le dicen)... Las lenguas se mueven, cambian; tienden a simplificarse, es lo natural; lo que no es natural, sin embargo, es que el cambio se vea impuesto... 
A esta altura, me da francamente igual dónde fue que asomó esa e, que da tantos dolores de cabeza; lo que verdaderamente no da igual es que disfracen de inclusión, algo que en verdad es de otra naturaleza... El lenguaje mal llamado inclusivo no pretende incluir, sino aplastar aquello que el feminismo posmoderno y progresista (con el que, de más está decir, no concuerdo) reconoce como el mal peor de la época que nos toca: el hombre.
Desde luego que me aterra y repudio (y condeno) el daño y la muerte de una mujer en manos de un hombre; mal que me pese, conozco a la perfección  la violencia de género pero mi Dios fue más grande (o mis piernas, quizá, más  veloces...) y yo lo puedo contar. Pero igual que a un femicidio, repudio y condeno la muerte de Fernando, en mano de un grupo de giles e incoherentes (todo repletos de e) o la muerte del novio de Nahir Galarza, que, curiosamente, se escribe con A.  La violencia existe pero no se anula con una e... A  mi la e no me incluje, para nada, y soy mujer... ¿Sabían, por ejemplo, que ellos, en alemán, se dice sie (con minúscula), igual que ella y ellas...? Desde siempre, eh...
En el interior metemos jotas sin discreción, casi sin pedir perdón (o permiso) y las s del final las omitimos, aunque seamos un montón y, fijate vos que... nadie se siente excluido... A veces me pregunto cómo funcionará el árabe pero me atrevo a arriesgar que el problema mayor no radica en el abecedario...
La sociedad es machista, sí; estoy de acuerdo pero no considero que se anule así, cambiando de lugar las letras e imponiendo un dialecto improvisado. No, de ninguna manera. Habla con a, con e o con i, si te deja contento (o contenta) pero no me obligues a cambiar algo que para mi carece de sentido alguno. Un idioma cambia por uso, no por decreto y el problema mayor del argentino no  está en la o, sino en el egoismo, la violencia, el ego y la constante falta de respeto.

Lucrecia, papá Rubén

"Lucrecia, papá Rubén", dijo de repente una voz familar, a través de un número deconocido, junto con un tanto enigmático "no ...