Retazos

Y delegué en Joaquín para dejar de intentarlo: no puede uno ser feliz allí donde ha sonreído... tanto y, aunque la distancia mejor es la que no vigilamos, es el mayor de los retos soltar, dejar ir... resignarnos.
Nadie te enseña por qué, para qué ni cuándo y sin límites ni bosquejos, andamos. Mientras, en un rinconcito, se ocultan los cuentos soñados, junto a los tantos caminos que esperan a ser transitados.
Abril se empecina conmigo, hace ya más de tres años: El tiempo es por demás fugás y aún... aún no nos enteramos... 
Hay tantas sonrisas por ver y tantas que ya no esperamos, miradas que quieren volver y otras ... que no debemos quedarnos; abrazos que aun nos abrigan, aunque... ya no podamos tocarlos.
Mientras el absurdo (aturdido) insiste en importunarnos. 
Nadie asegura llegar y lo mejor del paseo sucede en el mientras tanto; no es solo la meta cumplida, sino... el largo camino andado; las risas en el durante;  las ganas, los sueños... los ratos.
Dicen que sin programar suceden los mejores actos y que las mejores escenas son esas que no imaginamos, mientras mi obstinado juicio insiste en organizarlo. En la ineludible batalla (entre sentir y pensarlo) osa vencer la razón (por tan endeble certeza y muy audaces astros). 
No obstante, quizá, cada tanto, puedo atreverme a vivir, sin cuestionar los "acasos".  Y la osadía persiste mas, tras semejante disputa (entre valentía y regaños), resulta lo más sorprendente: aquello que nunca pedimos (y que jamás delineamos)  se vuelve capaz de enlazar los más dispares retazos...









Lucrecia, papá Rubén

"Lucrecia, papá Rubén", dijo de repente una voz familar, a través de un número deconocido, junto con un tanto enigmático "no ...