Paseos liviantos de domingo...

Me pasó otra vez... En medio de "Sehr geehrte" und "zwar... aber", me decidí a arreglar el mate... Domingo, muy domingo.
Entré a la cocina y estaba ahí. Real, increíblemente real, unos... 20 años después. No, no podría definirlo...
Me acuerdo que, al entrar había una suerte de sala, oscura, en general. Creo que esa fue la primera pc que vi. Pasábamos horas dibujando en el Paint (y tratando de endender al buscaminas...) ¿Te acordás? Éramos tan peques...
Al atravesar esa puerta, una luz intensa nos recibía en el comedor. A la izquierda, la tele... luego la mesa; detrás, la ventana y ese aroma. El mismo aroma... No, no era el de los jazmines, tan peculiar en tu patio, ni de fatai... ni de empanadas de humita (esos merecen un capítulo aparte). Era otra cosa, como algo que se respira en el aire y no se puede describir...
De pronto, la infancia y la adolescencia me invitan a dar una vuelta, y yo les digo que sí; les tomo tímidamente la mano, dejo en pausa el "vielleicht" y me sumerjo, un ratito, en la burbuja fugaz en la que fui tan feliz, tan pequeña, tan naiv, tan azul... tan sin miedos...

16 veranos de amor y 1 duda desesperada

Y 16 veranos después, las dudas siguen dudando...
Nos enseñaron que, para tener un futuro, había que irse; no importaba dónde, mientras dejemos el "pueblo"; las calles que nos vieron crecer, nuestra gente, nuestro barrio... "Un futuro", decían; ni mejor, ni peor, ni distinto; un futuro, a secas, llano; como si al quedarnos ahí, nos apresara el pasado...
Y nos lo creímos; compramos el proyecto de un sueño a costa de... tanto insomnio incautado. Hicimos lo que que quisimos (lo que pudimos) y, por alguna extraña razón (sin querer), nos adaptamos; no sé sí por costumbre o resignación, pero nos quedamos...
Algunos volvieron al pueblo, recuperaron su espacio; otros seguimos, sin más, buscando ese no sé qué que aun parece amarrarnos. No somos de acá, ni de allá; sino es híbrido multicolor que aún nos sigue editando...
Y volvemos, claro, a visitar; ya menos que anteriormente, aunque las despedidas van costando más, conforme avanzan los años...
A veces me pregunto para qué corremos, hacia dónde vamos; si hay un camino a seguir (que aún seguimos buscando), pero seguimos así... andando; persiguiendo, recorriendo, extrañando... Entonces, en medio de tantas olas, asoma una suerte de isla (un paréntesis) un remanso; un hueco chiquitito que nos hace sentir enormes y que, como jura Ismael, y luego de tanto nadar, nos rescata del -tenaz- naufragio... ♥

Lucrecia, papá Rubén

"Lucrecia, papá Rubén", dijo de repente una voz familar, a través de un número deconocido, junto con un tanto enigmático "no ...