Paseos liviantos de domingo...

Me pasó otra vez... En medio de "Sehr geehrte" und "zwar... aber", me decidí a arreglar el mate... Domingo, muy domingo.
Entré a la cocina y estaba ahí. Real, increíblemente real, unos... 20 años después. No, no podría definirlo...
Me acuerdo que, al entrar había una suerte de sala, oscura, en general. Creo que esa fue la primera pc que vi. Pasábamos horas dibujando en el Paint (y tratando de endender al buscaminas...) ¿Te acordás? Éramos tan peques...
Al atravesar esa puerta, una luz intensa nos recibía en el comedor. A la izquierda, la tele... luego la mesa; detrás, la ventana y ese aroma. El mismo aroma... No, no era el de los jazmines, tan peculiar en tu patio, ni de fatai... ni de empanadas de humita (esos merecen un capítulo aparte). Era otra cosa, como algo que se respira en el aire y no se puede describir...
De pronto, la infancia y la adolescencia me invitan a dar una vuelta, y yo les digo que sí; les tomo tímidamente la mano, dejo en pausa el "vielleicht" y me sumerjo, un ratito, en la burbuja fugaz en la que fui tan feliz, tan pequeña, tan naiv, tan azul... tan sin miedos...

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