De ayer, de hoy... ¿Para siempre?

Hay seres que son remansos, pausas, oasis o simples paréntesis; que abren y cierran, sagaces, dejando una parte de vos, en medio... 
Asumo que antes supo ser más sencillo: sin fotos que legitimen, sin redes que recapitulen, sin ecos que nos resuenen... Porque la memoria es muy pilla, lo sé, y sabe esconder -muy bien- resabios que aún nos duelen. Pero la foto... la foto está impune ahí, luciendo astuta y mordaz, desde aquel utópico ayer, sin huecos para este presente...
Es como si se tratase de etapas, de fases... de cuentos, que poco tienen que ver con la edad, pues se trata de algo más; algo que ni el mismo Martín podría traducir -sin defectos-...
Quizá sea eso vivir; insisten en recordar que nos habitan momentos, mas poco se dice del puente -locuaz- que cruza sin preguntar y nos devuelve al azar...  ajenos.
Supongo que, en algún punto, se trata de pertenecer; a una mirada cómplice; a una sonrisa secuaz; a un abrazo sincero, que entonces nos hizo reír y ahora nos hace llorar, rasgándonos -sin piedad- entre nostalgia y recuerdo...

2018, i'm ready

Cuántos "te quiero" dejaste para después? Cuántos "nos vemos" mentiste esta vez? Cuántos "mañana" juraste este año?
Como dicen dicen por ahí, es utópico (y agrego, infantil) desear un año feliz, sin curvas, sin comas; sin pausas... Nadie puede ser feliz todo el tiempo, ni el que tiene más, ni el que espera menos... A esta altura, tengo muy claro -por fin- que el nunca es también quizá, que el siempre no reina jamás y que el después, a veces, puede llegar algo tarde...
Para el 2018 te deseo sonrisas, te deseo coraje (ganas!!), corazón y silencios; silencios de lo que aturden para despertarnos y hacernos ver que allí donde estamos hoy es donde elegimos estar una vez; que nada nos impide cambiar (ni de lugar ni de ganas), más que el temor a fallar que... en pocas palabras, es la peor de las fallas...
Reí, llorá, gritá o callá; pero siempre sé fiel a vos mism@; a tu corazón (y a tus mañas)... 

Nadie puede escoger la música que ambienta su vida; todos podemos elegir, de qué manera bailarla...

Lucrecia, papá Rubén

"Lucrecia, papá Rubén", dijo de repente una voz familar, a través de un número deconocido, junto con un tanto enigmático "no ...