De curvas, de miedos...

Los domingos a esta hora te extraño un poquito más, en el idioma que ama Joaquín, que siempre sabrá definirme. No sé qué tiene esta hora pero te quiero acá, conmigo...
Hace ya algunos años que no sé nada de vos y hasta he llegado a pensar que, a lo mejor, jamás estaremos juntos y aunque mi razón no se oponga, se opaca un poquito el alma cuando me creo ese no...
"Tenés un problema con los rótulos", me juró; yo solo miré sus ojos...
Soy incapaz de contar la cantidad de minutos que quise sentirte así: abrigando una mano fría que siempre anheló tu coraje...
 "¿Por qué te es tan difícil ponerle un nombre?"insistió, y no supe qué responder...
Me niego a seguir así, escondiendo entre sábanas blancas temores de los más oscuros, adjudicando la absurda razón de que yo no te merezco; que mi vida va por otro lado y que en la vorágine en la que me muevo no hay lugar para vos... 
Yo quiero empezar otra vez pero no hablo de empezar de cero porque eso significaría cometer los mismos errores que me trajeron acá, a mis 30 y tantos otoños, vacíos...
"Se nota que tenés mucho miedo", dijo con cierta piedad; yo solo bajé la mirada...
"El problema es que la necesidad no coincide con el deseo", dijo al finalizar y supe entonces que tenía razón, y yo, por lo tanto, tan solo una alternativa...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Lucrecia, papá Rubén

"Lucrecia, papá Rubén", dijo de repente una voz familar, a través de un número deconocido, junto con un tanto enigmático "no ...