comas...

Y entre gota obtusa y tenaz, resuena constante su voz y una vez más, su sonido...
Puede que sea real: no fue su mejor decisión, pero tras tan diminuto punto, la sedujeron ya sin dudar, inquietos y ya tan osados, dos puntos más, suspensivos...
"No quiero saber en que andás..." arrojó también  sin dudar, como pidiendo perdón (y permiso)...
Los mapas tampoco preguntan, ni abrazan, ni sienten... ni abrigan...
"Solo sé que me gustaste... Me gustó estar con vos", insistió...
Del vértice opuesto de la misma línea, la otra voz, sin tono y con dejavú, asentía...
Dicen que todas las personas que conocemos se cruzan en esta vida con algún motivo. A veces nos cuesta entender, en especial detrás de una puerta, cuando ese, el tan esperado ser, se ha ido. Y a veces, dudamos si permanecer, esperar o hacernos los distraídos...
"Tengo ganas de verte", comentó. "Yo también", respondió ella, casi como al descuido.
Le aterra pensar en quizá, en tal vez, en sentidos; mas sabe, que puede callar y esperar, mas nunca jamás silenciar, tan cómplice e indómito ruido...

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