De normas y letras...

Luego de maestra y secretaria que, estimo, no es nada original en el imaginario de un niño (o niña), lo que inmediatamente siguió fue traductora de Inglés. Durante años fantasié con la idea de hacer un intercambio, a Londres o  a Cambridge. ¿Dónde más?
Al momento de elegir profesión, como era de suponer, me anoté en traductorado y   osé darle un marco de realidad a tan veleidoso sueño. Pero las directrices legales, junto con mi "minoría de edad",  dictaron sentencia: terminé en comunicación, y me enamoré de las metáforas (y de los paréntesis).
Al cabo de nuevas tentativas, se completó la tercera y... como dicen que es la vencida, ya no volví a intentarlo. Pero una partecita de mi, aun navega en el Támesis y viaja en el  piso 2 de un Bus monocromático...  Y hasta despunto el vicio, a diario, en el 7mo piso de otro edificio que no se desplaza....
Dicen que nunca es tarde y como hace años no uso reloj, me gusta jugar a que creo.. A lo mejor, algún día, abandono el terreno hipotético y empiezo a llamarme Lu Mess, la traductora... Hasta entonces, seguiré siendo Lu Mess, la que lucha, la que sueña; la que se adjudica la potestad de celebrar, sin dudar, el día del traductor, sin matrícula habilitante :)

Octubre 2014

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