No importa cuánto nos duela el adiós, cuan hondo se cale el sentido; el eco opaca su voz, el mundo no evita el destino: su eje resuelto y usual lo invita a girar, sin parar, con homónima intensidad ( idéntico afán), desvergonzados ruidos. El desafío es, quizá, ese capricho (mordaz) que nos sugiere encajar, con todos nuestros desvíos...
El tiempo nos hace pensar y nos invita a buscar, para volver a encajar y así, ya sin dejar de girar, nos atrevemos a ser porque, mucho mejor que vivir, es que nos sintamos vivos....
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
De penas, de hartazgo... de miedo
Dicen que el cuerpo nos habla, pues bien; el mío hace ya tiempo que me hace eco... Yo siempre fui de somatizar; de usar mi cuerpo como un ba...
-
"Lucrecia, papá Rubén", dijo de repente una voz familar, a través de un número deconocido, junto con un tanto enigmático "no ...
-
¿Será que existe el azar, la suerte, la eventualidad? ¿Acaso hay un molde inusual; tejidos que debemos hilar, ovillos que desovillar? ¿Será...
-
Yo no te pido que vueles alto, sino que descanses en paz, que es lo que tanto querías, lo que cada vez más repetías; lo que tanto escuché de...
No hay comentarios:
Publicar un comentario