Miró el pequeño cajón : permanecía abierto. Decidió no cerrarlo y, en cambio, tomo el gran libro con ambas manos. Aquella fue la primera vez, desde que conoció ese cuarto, inquieto y Oscuro.
La escasa paciencia apuró su historia; la colección de metáforas se evaporó de repente y entonces, junto a un millar de preguntas, ella dejó de escapar...
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