Pongamos que hablo de vivir...

No, no es ninguna novedad -y nótese, sin veleidad alguna, la negación duplicada-: algunas cuestiones todavía me aterran (perdón), se apenaba.
"Las mejores cosas de la vida están en el otro lado de tu miedo máximo", recordé sin querer, y suspiré por lo bajo, con el extremo derecho sobre el clic muy izquierdo -en equilibro fortuito y audaz- y me atreví a soñarlo...
"Menos estructuras y más improvisación", insistió, y una sonrisa fugas se perfiló en mis labios... No sé por dónde empezar (pensé) y volví a suspirar (sin planearlo), como queriendo salir, sin querer, del cubo multicolor que tergiversa mis acaso...
¿Y ahora que?, insistí, econmillando temores, desconcertando los planos. No tengo la menor idea y eso... comienza de a poco a hechizarme. De eso se trata vivir; eso es, ni más ni menos, estarlo...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Lucrecia, papá Rubén

"Lucrecia, papá Rubén", dijo de repente una voz familar, a través de un número deconocido, junto con un tanto enigmático "no ...