Me gustan esas personas que no contrastan palabras y gestos; que no disfrazan miradas, ni fingen sonrisas ni aturden silencios.
Elijo personas que no le temen al verbo, ni a los adverbios ni a los adjetivos.
Me agradan personas que osan cuestionar las metáforas, renunciar a la paradoja y desafiar a la alegoría...
Me gustan los ojos que no se escapan, las lenguas que no se callan, las voces que nunca mienten... Las notas que, por azar, descubren nuevos sonidos...
Rechazo la ausencia de código, el verso que desconoce el párrafo, la cobardía que viaje en un traje, la falta de respeto y la hipocresía...
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De penas, de hartazgo... de miedo
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