Retórica confundida

La pluma y su avidez de aliviar suele abreviar su accionar cuando la razón (sin razón) ahuyenta sin clemencia las metáforas; cuando los eufemismos te alcanzan, te retan... te asfixian... Entonces, no existe tinta que pueda curar, siquiera que ose intentar, enmendar tales huecos vacíos...
Una vez más aquí, desde ahí, como pidiendo perdón (y permiso); revovinando las cintas, palideciendo el color; desovillando los hilos...
No tengo sílabas para intercalar, ni aire, ni excusas (ni ruidos). El bumerán poco paciente y audaz naufraga con ritmo tenaz, en cada rincón (sin sonido).
Y los compases no cesan.. y los bullicios no callan y los silencios... aturden y en cada kilómetro gris, y en cada milla blanquiceleste, el mismo signo feroz, decora con miedo y tesón ese montón de vocablos cautos, mareados (aturdidos...)


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