Tus labios.
Mis yo.
Tus propios.
Mis miedos,
tus no.
Mis modos.
Mis ganas de vos,
tu sombra  ante mi,
los pocos
minutos al día que no
bosquejo en mi acierto,
tu antojo.
Es ese eco en tu voz
quien consolida mis tonos;
y es esa luz sin color,
cuyo matiz,
(tan sobrio)
Refleja y reflecta
la ambigua pasión que,
sin sol,
me apropio…
Y en cada palabra que dices
y en cada silencio que esbozo,
dibujo mi sed de tu piel,
opaco el enigma que escondo.
Pues, aunque pueda ocultarte,
¿cómo le miento a mi poco
sentido común que se escapa,
cuando en mi espacio te robo
el aire que a poco respiras;
las risas que ríen  mis gozos?
Y es que me duelen tus labios…
Y es que me atrapan tus ojos…
Y es que me niego a aceptar
que
de a poco,
Tu yo va fundiéndose en mi
Tu ser rectifica mi todo…


2011

2 comentarios:

Lucrecia, papá Rubén

"Lucrecia, papá Rubén", dijo de repente una voz familar, a través de un número deconocido, junto con un tanto enigmático "no ...