Hasta siempre, chiquita

Nunca fui buena para las despedidas, perdón...  Es como que con cada adiós, muere una parte de mi (de mi vida). 
Te acordás cómo nos conocimos? Yo era bastante más peque que hoy; 18 añitos tenía (recién llegaba a la city) y vos me esperabas ahí, en Laprida 1. Me acompañaste, me ayudaste, me bancaste y estuviste ahí (y acá) conmigo. Atendiste mis caprichos y delirios; siempre que te precisaba -sabía- podía contar contigo. Lo hice y tanto fue así que nunca nos separamos, aunque... tuvimos nuestras diferencias, nuestras peleas y roces. Me lastimaste y, si bien con el tiempo entendí que no había sido esa tu intención, te perdoné e, incluso ( y me llevó un tiempo hacerlo... ), volví a confiar en vos, ya nunca volvió a ser lo mismo. 
Hace tiempo no estás igual y yo ya no soy la misma. Así y todo, siento que, al dejarte ir, una parte de mi también se marcha contigo... y ya no habrá marcha atrás. No, nunca me gustaron los términos medios, lo sabés muy bien. No quiero que pienses que te dejo porque encontré a alguien mejor, porque no fue tal el orden de los hechos. Sí, es cierto que pronto habrá alguien en tu lugar, mas nunca, jamás, podrán ocupar tu sitio....  Dejaste una Huella  en mi, que siempre vivirá conmigo.
Gracias por todo. Que en paz descanses, MINi PiMMER.
🙃

2 comentarios:

Lucrecia, papá Rubén

"Lucrecia, papá Rubén", dijo de repente una voz familar, a través de un número deconocido, junto con un tanto enigmático "no ...