Banderas, sabores y gestos...

No tengo idea de cómo lo hacías; jamás te lo pregunté (no podía) y hoy, que lo puedo hacer, no podría...
Creo que nunca llegamos a hablar; recuerdo esa vez, con mi dedo, en que todo lo que pude lograr fue una carita sin miedo o el error, con la puerta, que yo... que yo no supe explicar... Fuiste la primera persona que oí hablar Alemán y  la "culpable", también, de que también yo lo quisiera y aunque me habría encantado contártelo a vos, me temo que el tiempo no siempre espera...
Hoy lo intenté (de verdad) pero no se parecía ni un poco; no sé si omití algo en particular o si era tu toque especial el que lo volvía perfecto. ¡Ojo! Hay cosas que las imité (y creo que hasta muy bien...) cuando aún te veía, aunque no pude corroborar la pizca que estaba de más entre sartenes y especias...
No fue la mejor de mis épocas pero tuvo momentos de paz que hasta llegué a añorar, con el tiempo...
No sé si existe el destino, si fue el putísimo azar o acaso la causalidad la que congenió todo esto; porque me cuesta aceptar que tanto dolor y mal puedan llegar a buen puerto; porque es por vos que hoy estoy acá y porque, a veces, del peor error nacen los mejores aciertos...

A Oma, donde quiera que esté...

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