Aquí, conmigo

Siempre me pasó. Recuerdo cuando compartía mucho tiempo con mis amigos y, de repente, precisaba un ratito para mí, a solas... Ellas lo saben muy bien (aunque no siempre lo comprendieron). La vida me convidó la suerte -además- de tener el cuarto siempre para mí y esa fue la  vasija de roble que supo añejarme el vicio. Luego llegó lo mejor: mudarme -por fin- yo sola y ahí... ya no hubo vuelta atrás. Hay quien no sabe estar solo (Y lo respeto mucho) pero, incluso con lo lindo que es compartir, los reto, los desafío y animo a la vez  a atreverse a disfrutar (¡a elegir!)  la magia que trae consigo, quedarse con uno mismo, a solas...❤


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